Esta es una solución para comunidades de vecinos donde el edificio no dispone de patio de luces, o es muy pequeño, o hay cualquier otro problema con los propietarios.
Es una manera rápida y limpia de colocarlo, y no afecta a la vida interior del edificio.
Situamos el ascensor pegado al cerramiento exterior. Aquí será importante saber si la parcela es privada, perteneciente a la comunidad o si es de dominio público.
También hay que estudiar en qué parte de los rellanos de cada piso se abrirán los huecos para las puertas de acceso a la cabina.
Desde el punto de vista estético no hay que tener miedo al impacto visual, porque no va a «romper» con el entorno.
Existe múltiples soluciones de acabados y revestimientos (paneles metálicos, cristal laminado, o translúcido, etc) para que la estructura del ascensor quede perfectamente integrada con los acabados que recubren la fachada.
Esta estructura autoportante suele ser de carpintería metálica, ligera y resistente, acabada en chapa pintada al gusto de la comunidad.
Puede ser necesario invadir la via pública, si el terreno no pertenece a la comunidad, por lo que habrá que solicitar permiso al ayuntamiento para que cedan suelo y poder colocar el ascensor.